martes, 3 de abril de 2012

ECOFLOR

Apicultura ecológica en la osera Montaña Palentina



Aurelio González lleva 15 años en la apicultura ecológica. Para él es una cuestión de conciencia, de convicción y de coherencia con su práctica vegetariana, en Hatha yoga y en la sabiduría oriental. Ha llegado a trabajar hasta con 14 variedades de mieles y 1200 colmenas. Hace trashumancia: Asturias, Cantabria, Palencia. Distribuye en buena parte del territorio nacional: País Vasco, La Rioja, Burgos, Cantabria, Asturias, Madrid, Alicante, Barcelona... Empezó un poco por casualidad a raíz de un enjambre que le regaló un vecino. Desconocía del todo el tema pero se enfrascó en el estudio y se empapó como una esponja de todo libro que caía en sus manos. De tal forma que empezó a soñar todos los días con las abejas. Hace 23 años se hizo con las primeras cuatro colmenas.



¿Cuál es la clave de una buena campaña?

La clave es un gran potencial de abejas en el momento exacto del máximo de floración de la especie concreta para conseguir la mejor miel monofloral. El éxito de la apicultura es hacer la operación en el momento exacto de la floración, ni un poco antes ni un poco después. Es un reloj biológico natural que el apicultor tiene que conocer y saber interpretar para instalar las colmenas en el momento optimo, en el lugar adecuado y de la forma optima. Es una cuestión de atenta observación de los ciclos de la naturaleza y de las abejas. Digamos que las distintas climatologías dan distintas realidades apícolas. Después la experiencia te da digamos un ojo clínico para la observación. Además hay que llevar una metodología adecuada y hay que ser muy riguroso. También hay que saber encajar los contratiempos a los que te enfrenta la propia naturaleza. Siempre estás a expensas de lo que la naturaleza te quiera dar y hay que saber jugar con ello.



¿Qué temperatura pueden aguantar las abejas en invierno?

Las abejas pueden aguantar 20ºC bajo cero o hasta -27ºC como se ha dado aquí algún invierno. La clave es que tienen que tener la suficiente reserva alimenticia y la suficiente población para que la ‘bola’ invernal genere el calor suficiente dentro de la colmena.



La trashumancia juega un papel fundamental en tu proyecto.

Con la trashumancia empecé prácticamente desde el principio, trabajando a caballo entre Asturias y la Montaña Palentina. Poco después también me fui desplazando por proximidad a la zona de Cantabria. El potencial de miel de brezo que tiene este territorio palentino y la miel monofloral de eucalipto en Asturias fueron los dos pilares principales. Después me he ido especializando en extraer mieles monoflorales en otros territorios. He ido, por ejemplo, a la Rioja Baja donde hay buenos campos de tomillo y romero.



La de romero tiene un singular tono blanquecino.

Las mieles poseen tonalidades que van desde el blanco hasta el negro. La de romero y la de azahar son blancas prácticamente, la de tomillo es más ámbar.



Personalmente, ¿cuál prefieres?

Bueno, me dedico a la miel porque me gustan todas. La más exquisita para mí posiblemente sea la de brezo, quizá por esa sensación que proviene de la infancia, de ser la que tomaba de pequeño. Pero también la miel de romero o la de lavanda, que es excepcional, mieles que poseen la propiedad de la flor. Y aún más pues te diría que la de brezo de la especie Calluna vulgaris, muy difícil de conseguir con una floración tardía y corta y que te la puedes juegar si hay por ejemplo riesgo de sequía.



¿Qué especies de brezos tenéis aquí en la Montaña Palentina?

Sobre todo se utiliza Erica vagans, un brezo rastrero de la zona; pero también hay Erica australis, Erica arborea, Erica tetralix [el brezo de las turberas].



¿Siempre has comercializado bajo el nombre de Ecoflor?

Empecé con la marca ‘La Merindad’ cuando no estaba todavía en ecológico, después le puse el nombre ‘Valle de Brezo’ cuando pasé a ecológico y finalmente ‘Ecoflor’ cuando me he ido especializando en monoflorales: eucalipto, castaño, romero, lavanda... Lo elegí para que no llevara a confusión la marca ‘Valle de Brezo’ al identificarla los clientes únicamente con este tipo de miel.



Me interesa que nos cuentes la relación con el oso pardo, que por aquí tiene su población más oriental.

Sí, me encuentro en el extremo oriental de la población osera. He tenido ya muchos ataques de oso. Me han atacado en muchas zonas, así que he ido retirando las colmenas de donde he sufrido ataques. Digamos que yo pago gustosamente el impuesto revolucionario de la presencia del oso en estas tierras. Ahora, el tema de las indemnizaciones por parte de la administración es un desastre y la verdad se te quitan las ganas. Yo encantado que por aquí campee el oso porque habla mucho de la calidad de este territorio, pero todos los años me atacan unas 6 u 8 colmenas. El límite oriental territorial del oso además se está extendiendo. La administración, como quien dice, paga tarde, mal y nunca. Hay años con más actividad osera y otras con menos porque puede que tenga más alimento de bayas y frutos en el bosque. Así que lo que opto es por marcharme donde me ha atacado. En Francia, para que te sirva de ejemplo, en una semana ya se paga el 90% de los daños. En España suelen tardar entre uno y dos años.

www.ecoflores.com